Neurobiología en plantas

¿Alguna vez escuchaste la palabra neurobiología? Pues es el estudio de las células del sistema nervioso y su organización dentro de circuitos funcionales que procesan la información y median en el comportamiento de los animales; pero ahora escuchar esto en plantas suena raro, la realidad es que las plantas son más complejas de lo que imaginamos.

 

Las plantas poseen un sistema por el cual crecen y se alimentan con el agua, pero algo que muchas de las personas no saben es que tienen la capacidad de sentir tal y como ocurre con los animales.

 

Los vegetales tienen la habilidad de comunicarse no solo con el medio si no con otros organismos y entre sí mediante señales químicas volátiles; todas las plantas son diferentes pero cada una dispone de alguna técnica como defenderse, atacar, seducir, colonizar, moverse, establecer relaciones simbióticas de cooperación con insectos y otros animales, dormir, poseer memoria y algunas ejercen cuidados parentales. Para tener ese comportamiento hasta podemos llegar a decir que los vegetales también toman decisiones.

 

Se puede decir que el sistema radicular actúa como el cerebro ya que controla numerosos procesos vitales en la planta y como su corazón bombeando agua y nutrientes en la misma ¿Cómo sucede esto? Pues las plantas usan señales eléctricas para regular la distribución de moléculas cargadas a través de las membranas y enviar mensajes a larga distancia a través del organismo. Como ejemplo, las hojas de una planta pueden enrollarse cuando el movimiento de los iones produce un movimiento del agua fuera de las células, lo que hace que cambie de forma; también cuando un insecto pica una hoja, esta podría iniciar respuestas de defensa en las hojas distantes. Ambas acciones pueden parecer la reacción de la planta a un estímulo, pero realmente estas respuestas están codificadas genéticamente y se han ido perfeccionado a través de generaciones.

 

 

Ahora hablemos de los sentidos:

La vista, las plantas perciben los objetos mediante la luz, modifican su posición creciendo en dirección a la luz y moviendo las hojas para recibirla de manera óptima, a este movimiento se la llama fototropismo.

El olfato, a lo largo del cuerpo vegetal hay células que son receptoras de sustancias volátiles y a partir de ello, el olor producido por las plantas es el lenguaje de ellas. Sus “olores” son las moléculas llamadas COVB (compuestos orgánicos volátiles de origen biogénico) que son para obtener información sobre el entorno en el que están y para comunicarse entre ellas y con los insectos.

 

El gusto, las raíces demuestran tener un paladar superior al de cualquier animal, al percibir hasta los más minúsculos gradientes químicos presentes en el suelo.

El tacto, las células epidérmicas están asignadas a receptores que se activan en cuanto las plantas entran en contacto con algo o capta una vibración. El mejor ejemplo son las plantas trepadoras que en cuanto hace contacto con algún objeto se enrolla en pocos segundos.

 

El oído, la tierra es el vector para la transmisión de sonidos, su conductor de vibraciones está muy evolucionado. Las raíces también distinguen las ondas sonoras, esto ayuda al crecimiento direccional; este órgano es incluso capaz de emitir sonidos, aunque no está claro cómo se produce tal fenómeno.

 

Pero ¡no son los únicos sentidos que tienen! Poseen 15 sentidos más, pueden detectan la humedad y fuentes de agua lejanas, también detectan la gravedad, campos electromagnéticos, reconocen y miden un gran número de gradientes químicos presentes en el aire o la tierra a parte que identifican elementos químicos importantes o dañinos para su crecimiento y entre más cosas.

 

La comunicación también existe en las plantas, se hace tocándose generalmente con las raíces, pero a veces también con la parte aérea o adoptando una posición determinada con respecto a sus vecinas. Hasta llegan a sentir el parentesco y el egoísmo entre ellas.

 

La comunicación no solo es entre vegetales si no hasta con animales, cuando alguna planta se encuentra en peligro pide ayuda a los enemigos de sus enemigos, atrayéndolos con producción de sustancias volátiles y recompensándoselos seguidamente por la ayuda prestada un ejemplo es la judía de Lima, es atacada por ácaros voraces, la planta emite una mezcla de sustancias químicas volátiles que sirve para atraer al acaro carnívoro.

“La naturaleza es un espectáculo que se desarrolla frente al hombre” Aristóteles

 

Literatura consultada

Mancuso, S., Viola, A. (2015). Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal. Guiunti Editore. Barcelona.

 

Elaborado por Sience for young

Ana Karen Cantú Salinas