ECCOS: Movimiento Universitario para la Conservación de la Flora y Fauna de Nuevo León

 

 

Actualmente dejaron de ser novedades los llamados alarmantes sobre la situación del medio ambiente, acerca de los altos niveles de contaminación en el aire medidos mediante los índices IMECA.

 

Lo mismo sucede con las invitaciones para no desperdiciar el agua, así como para no tirar basura en sitios inadecuados o para plantar un árbol…

 

Pero, ¿esas son las únicas acciones relacionadas al cuidado del medio ambiente que pueden hacer las personas? ¿Dónde empiezan las responsabilidades locales y las responsabilidades con relación a los tratados internacionales? ¿Qué podemos hacer desde nuestras casas y qué hará realmente que suceda un cambio?

 

Primero tenemos que entender que las acciones podrán ser locales, pero que los resultados serán globales.

 

Todas las pequeñas o grandes acciones en beneficio al medio ambiente son igualmente buenas.

 

Sin duda, hay muchas maneras de contribuir a la mejora del mundo. Y eso nos lo enseña la ecología, la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y su entorno.

 

Si se busca un ecosistema saludable, se deben de procurar todos sus componentes bióticos (productores, consumidores primarios, secundarios y terciarios) y los factores abióticos (calidad de suelo, temperatura, niveles de humedad).

 

Por lo tanto, para emprender acciones con relación a la ecología y conservación se necesitan estrategias que involucren todos los elementos mencionados.

 

Por lo anterior podemos entender que las acciones ambientales no sólo son plantar un árbol y ya.

 

Se deben de analizar, por ejemplo, aspectos como: qué servicios ambientales ofrece el árbol, si es o no nativo para que no sea un peligro y no compita con las especies propias del lugar, y si el suelo posee las condiciones necesarias para su sobrevivencia. La gran variedad de componentes que se deben de analizar, son los que al final determinarán si la acción de plantar el árbol fue la correcta.

 

Debemos tener presente que elementos importantes en la conservación de los ecosistemas son la flora y fauna nativa.

 

La vegetación y la fauna silvestre proveen servicios ambientales que tal vez no hemos apreciado, por lo que les invito a hacerlo, aunque sea un poquito.

 

Por ejemplo, observemos que la vegetación conserva la calidad del aire, produce sombra, da alimento para el humano y para diversos animales y brinda, por medio de sus raíces, soporte para evitar la erosión del suelo.

 

Por su parte, la fauna silvestre, como las abejas, colibríes, murciélagos y mariposas, ayudan en la polinización; las aves no carnívoras son dispersoras de semillas, mientras que los murciélagos ayudan al control de insectos transmisores de enfermedades. Entendamos que son muchos los animales que ayudan al equilibrio entre las poblaciones de flora y fauna y del ecosistema en general.

 

Pese a ser tan importantes los papeles que desempeñan los organismos silvestres, tanto de la flora como de la fauna, en muchas ocasiones su conservación no es tomada en cuenta para la recuperación de los ecosistemas, aunque no por ello dejan de tener vital importancia.

 

Por motivos como estos, hacemos la atenta invitación a los estudiantes y al público en general para que se unan a la gran causa de la vida en el planeta de todos, a través de ECCOS (Ecología, Cambio Climático y Organismos Silvestres).

 

¡Hagamos pronto que lo habitual sea el cuidado del medio ambiente y el respeto a la vida!

 

 

Biol. Aquetzalli Nayelli Rivera Villanueva 

Coordinadora del Grupo Estudiantil ECCOS